Proyecta tu 2020

Cada año que inicia es una nueva oportunidad para emprender aquello que tanto deseamos, o para continuar proyectos que vienen desarrollándose a lo largo de varios periodos previos. Ya en un post anterior compartí algunos tips sobre cómo iniciar cada año, cómo iniciar cada día; sin embargo en esta ocasión quiero acompañarte a desarrollar tu plan anual. ¿Te animas?

¿Qué necesitamos para nuestro plan? Hojas, lápiz, lapiceros, creatividad y un poco de música a tu gusto…

Vamos a considerar que nuestra vida es un gran proyecto, tomando en cuenta que un proyecto es un esfuerzo temporal para lograr un objetivo único; este gran proyecto está conformado por subproyectos en nuestras 3 vidas: Personal, Familiar y Profesional. Vamos entonces a definir los proyectos que deseas llevar a cabo este nuevo año, de manera que puedas lograrlos en paralelo a tu cotidianidad.

Antes de iniciar nuestro paso a paso, vamos a tomar en cuenta las lecciones aprendidas del año anterior, esto es fundamental, ya que al hacer retrospectiva tomamos consciencia de las cosas que se hicieron bien, las que se hicieron mal, y aquellas que haríamos de manera diferente en caso de que se presentara nuevamente la misma situación; al hacernos consciente de esto podemos mejorar, podemos avanzar.

Necesitamos entonces recolectar y revisar las lecciones aprendidas del proyecto anterior antes de empezar a trabajar en un nuevo proyecto similar; en nuestro caso revisaremos las del año anterior, así sabremos lo que podemos volver a poner en práctica, lo que debemos corregir, lo que debemos aprender, y cuanto hemos madurado cognitiva, emocional y espiritualmente.

Una vez capitalizada nuestra experiencia, es decir, le damos valor a lo aprendido y vivido (tanto lo bueno como lo no tan bueno), procedemos a listar nuestros proyectos a nivel personal, familiar y profesional; seguidamente los priorizaremos, y los transformaremos en alcanzables, es decir, hacer realista nuestro deseo al definir el objetivo a alcanzar, a través del establecimiento del verbo de acción, acompañado de elementos claves de cuando deseas lograrlo y especificando otros detalles relevantes.

Teniendo esto claro podemos hacer nuestro “Mapa Estratégico Personal”, lo ideal es llevar esto contigo en cualquier momento, recomiendo tenerlo en nuestra agenda (impresa o digital) así podemos chequear cada tanto cómo vamos, y al visualizarlo ayudamos a que consciente e inconscientemente activemos todo nuestro potencial, energía y esfuerzo para alcanzarlo.

Ya definido el mapa, vamos a desarrollar el plan, es decir el cómo vamos a lograr llevarlo a cabo, para ello es importante comenzar a desglosarlo, desmenuzarlo, entender, ser conscientes y tomar en cuenta los diferentes elementos que necesitamos para alcanzar nuestros proyectos, es decir, saber qué acciones necesitamos hacer, cuánto tiempo requiere cada una de ellas, los recursos asociados, posibles riesgos, quiénes se ven involucrados en el proyecto que pueda apoyarnos o afectar su logro, entre otros; en la medida que vamos planificando tomaremos en cuenta las lecciones aprendidas identificadas previamente.

Finalmente, manos a la obra, a ejecutar tus proyectos, a la par de tu cotidianidad, haz seguimiento y control, toma acciones en caso de desviaciones o ante cualquier cambio, y no olvides celebrar tus logros.

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